Efectos de una adicción normalizada
Solo tres cosas son necesarias.
Un adolescente.
Un aparato tecnológico.
Y Wifi.
El resultado: adicción constante a las redes sociales y a las pantallas.
El miedo a estar desconectado, a sentirse fuera de la sociedad y del círculo de amigos son algunos de los motivos que hacen pensar que este grupo de población sea mucho más propenso a una adicción cada vez más generalizada. Pero lo que al principio parece un juego luego no lo es, y uno de los grandes problemas es que la sociedad ve la adicción a las redes sociales como algo normal. Aun así, las consecuencias que trae consigo un uso excesivo hace que pensemos si realmente estas plataformas desconectan más que conectan. Aquí empieza nuestro viaje por los efectos negativos de la nueva enfermedad del siglo XXI:
Vas andando, suena el móvil y lo coges. Como si no hubiera mañana. Como si ese mensaje no pudiera esperar. Bajas la cabeza para escribir mientras andas. ¿A quién no le suena? Aquí encontramos uno de los efectos más leves de la adicción a las plataformas sociales. La dolencia recibe el nombre de Text Neck (cuello de texto) y es que cuando consultas tu teléfono móvil el cuello y las cervicales soportan hasta 27 quilos de peso. Y es una dolencia que empieza a edades muy tempranas, ya que el 98% de adolescentes entre los 10 y los 14 años tiene un teléfono en el que poder mirar todo aquello que se desea.
Efecto del Text Neck en la columna vertebral/ Apex Physiotherapy
Sigamos el viaje. Bajar la cabeza ya hemos visto que tiene consecuencias, pero escribir el mensaje también. Los adolescentes tienen la constante necesidad de mirar, cada 15-30 minutos, el teléfono y escribir o publicar en Internet. Repetir tantas veces al día esta acción hace que los tendones de las manos se inflamen. Los expertos ya le han puesto nombre a esta dolencia: Whatsappitis. Aunque al principio el dolor es únicamente de los dedos, también puede extenderse a otras partes del brazo como la muñeca y los hombros. Y, si no le hacemos caso, esta tendinitis puede volverse crónica y necesitar, incluso, intervención quirúrgica.
Pero los efectos no son solo físicos. Ser un esclavo de las redes puede crear los mismos comportamientos compulsivos que cualquier otra adicción, generando anormalidades en las regiones del cerebro que tienen que ver con la creatividad, la toma de decisiones y el procesamiento de emociones, algo básico en una edad como es la adolescencia.
Continuamos el viaje ahora por el síndrome de la vibración fantasma. Este surge cuando la adicción se encuentra muy generalizada tanto a nivel físico como psicológico. Vas andando, suena el móvil y lo coges. Pero no. Esta vez el teléfono no había sonado. Esta vez no tenías ninguna notificación en la pantalla principal de tu teléfono. Y hay adolescentes que se enfadan. Se enfadan porque creían que habían recibido un nuevo mensaje, un nuevo Me Gusta, un nuevo comentario. Gran parte de la culpa de que se molesten la tiene la dopamina, el neurotransmisor que produce placer y que juega un gran papel en este tipo de adicciones.
Y para acabar nuestro viaje llegamos finalmente a la dependencia excesiva, a la pérdida de control que se tiene sobre el uso de las plataformas. Y se crea un mundo ficticio que nada tiene que ver con la realidad. Un mundo que empieza a ocupar una parte fundamental de nuestras vidas y que, en la adolescencia, es mucho más difícil de controlar. Un mundo en el que se piensa que si no se contesta a un mensaje, no se sube una fotografía o no se comenta un video ya no estamos dentro de la sociedad. Y este aspecto es conocido con el nombre de FOMO (fear of missing out) o, lo que es lo mismo, el miedo a perderse algo que sucede en la red.
Pero no todos los efectos son negativos. Existe también la creencia minoritaria de que las redes sociales aportan nuevas oportunidades en el ámbito del aprendizaje, del entretenimiento y de la socialización sobre todo en la edad de la adolescencia. Aun así, el debate sigue abierto y parece que tanto los que defienden los efectos negativos como los positivos están de acuerdo en algo, y es que la solución empieza con una correcta educación y con el desarrollo de distintas estrategias de supervisión por parte de los adultos. Solo así se irán dejando de lado los aspectos negativos que produce esta adicción y se podrá hacer ver que, en cierto modo, el uso excesivo de estas plataformas puede desconectarnos de las redes sociales verdaderas.
Para saber más:
-Revista Médica Clínica Las Condes “Impacto de las redes sociales e internet en la adolescencia: aspectos positivos y negativos”