Magda Ripoll: "¿No somos todos adictos a los móviles?"
Las redes sociales son cada vez más presentes en nuestras vidas, y en el caso de los adolescentes, estos crecen ya rodeados de ellas. Incluso a veces llegan a ser consideradas una fuente de información de la que no se puede prescindir. Es importante tener presente que darles un uso excesivo puede acabar provocando una adicción y sus efectos son totalmente negativos. Y ¿cómo se puede detectar esta adicción antes de que sea demasiado tarde? ¿Qué pueden hacer los padres? ¿Cómo influye el entorno del adolescente en sus actos? Éstas son cuestiones que Magda Ripoll Gironella, psicóloga juvenil experta en adicciones del Centro Psicopedagógico de Pineda de Mar, ha contestado en la siguiente entrevista. (Imagen de elaboración propia, Magda Ripoll Gironella en su consulta)
Datos sobre el uso de las redes sociales en España / Producción propia
¿Qué se entiende por adicción a las redes sociales?
La adicción a las redes sociales es como otra adicción cualquiera, ya que la adicción sólo tiene un nombre, y es, dijéramos, el no poder dejar de ver, consumir o conectarte a las redes sociales. Vendría a ser una dificultad muy grande para hacer otras cosas que no sean pensar continuamente "me estaré perdiendo algo". Es cuando este pensamiento inunda toda tu vida o la mayoría de la vida, del día a día.
Se considera adicción cuando te interrumpe el día a día, cuando te hace hacer cosas que antes no hacías
Y centrándonos en las redes sociales, ¿cuándo se empieza a considerar que los jóvenes pueden tener adicción?
Es difícil, porque no hay un baremo de decir "hasta aquí dos horas y media o tres no es adicción". No. Lo que yo veo, tratando niños y adolescentes, es niños de 7, 8, 10 años, que para mí se podría poner la etiqueta de adicción, porque es llegar a casa y sólo pensar en ello: han dejado de jugar, de mirar la tele, los dibujos… sólo es móvil. Los niños sobre todo con el móvil de los padres o con la Tablet y YouTube o juegos, y las niñas más bien están en YouTube. Lo que pasa, es que si esto se detecta en un niño de estas edades tempranas, lo que se hace es hablar con los padres y comentarles lo que está pasando. Muchas veces ellos lo ven y dicen que actúan, pero lo que yo hago es decir a los padres que restrinjan el uso de los móviles de lunes a viernes. Al principio los fines de semana tampoco, y luego vamos introduciendo una hora o media hora el sábado, media hora el domingo, y se les explica directamente que de lunes a viernes no hay nada y que el sábado tendrán una hora para poder utilizar las redes. Y como es una adicción de mucho tiempo, es intensiva, porque los niños lo pasan mal, pero normalmente se va controlando.
Con los adolescentes es diferente. Yo he encontrado padres que les esconden el rúter, los esconden los mandos, todo, para que no lo utilicen, aunque estos los buscan y los encuentran y hay problemas graves. Con un niño pequeño puedes poner más límites, mientras que con un adolescente cuesta más. Es que no sé si adicta, pero ¿no crees que somos todos adictos a los móviles?
Sí, un poco sí, por eso el concepto este de adicción ¿en qué punto aparece?
Considerarse adicción para mí ya es cuando te interrumpe el día a día, cuando te hace hacer cosas que antes no hacías. Si antes jugabas un poco en el ordenador, pero también te veías con los compañeros, ibas a la plaza a comer "chuches" y el sábado salías a jugar a fútbol, estás enganchado pero tú sigues haciendo vida social. Normalmente cuando hay una adicción en los adolescentes, lo que primero se suprime es el salir: dejan de tener amigos. Bien, de tener no porque dicen que en las redes ya tienen y ya hablan, pero los amigos que me refiero son con los que sales, con los que quedas. Cuando los padres ven que realmente ya no es el niño de antes porque no quieres salir, que cuando le dicen que ir al cine dice que no y cuando llaman los amigos no quiere ir, ya tenemos una adicción con todas las letras.
Por lo tanto, esto que has comentado, estos síntomas cuando hay una adicción, la relación entre el adolescente y el entorno supongo que se ve afectado y hay un cambio, ¿no?
Sí. Hay mucha irritabilidad, sobre todo con los padres. Cualquier cosa que tenga que ver con poner límites, les montan pollos, les chillan... y a nivel social, pues esto, no necesitan salir o dejan de hacer el deporte, dejan de ir con los compañeros y luego se pueden resentirse, evidentemente, las notas. Esto ocurre porque para ellos todo es jugar, todo es estar pegado al móvil, a la Play, y dejar de hacer deberes y dejar de estudiar. Y es algo que tampoco es tan progresivo en el tiempo de decir "uy, para que esto ocurra necesitamos 6 meses, no". Esto puede ser bastante más rápido.
Y has comentado que uno de los síntomas es la irritabilidad con el entorno. ¿Esta irritabilidad se manifiesta sólo cuando los padres quieren poner límites o es constante?
Es muy constante porque claro, antes de que digan “no más redes sociales” es "venga, que ya hace un rato que estás jugando, déjalo estar, vamos a cenar" y ellos no vienen a cenar. Es cualquier cosa que les intente limitar sus horas. Y luego, con los compañeros, lo que hay, es el hecho de querer hablar sólo de este tema. Si tú estás jugando y estás con gente que no conoces pero también juegas con alguno de la clase, es llegar a la clase y hablar del monotema.
Entonces, ¿puede pasar que el entorno del adolescente caiga en esta adicción?
Sí, puede pasar.
Y en este caso, ¿cómo actúa el psicólogo? ¿Atiende sólo al adolescente o debe terminar interviniendo en el entorno?
Bueno, en el entorno sólo con padres. Si después esto ha hecho que en los otros niños de la clase también se manifieste, el psicólogo nivel privado no puede entrar. Si tú eres un psicólogo que hace charlas en la escuela sí que podrías valorar y podrías hacer más terapia de grupo o hablar más con el grupito que les pasa esto, pero desde mi posición, que es de psicóloga privada, si una familia me trae un niño, yo con los demás no puedo hacer nada.
¿Y cuál es el papel que juega el psicólogo con el adolescente?
Hombre, primero es hacerle ver cuál es la situación real que tiene, qué ha dejado. Porque una cosa es que se lo digan los padres y que se lo digan gritando porque ya es el monotema, y el otro es que realmente él entienda, que el primer día no lo entenderá y el segundo quizás tampoco, pero que vaya siendo consciente de cuál es su problema. Y cuando ya es consciente de que tiene un problema, ya tenemos el 50% ganado. Después, las pautas que se le van dando ya deben ser consensuadas con él, que él se vea con corazón de hacerlo y que ponga de su parte.
Es lo que digo, con los adolescentes intento que sean ellos y que se gestionen un poco el tiempo. Con un niño pequeño es diferente "de lunes a viernes no hay móvil" pero en un adolescente cuesta que esto funcione. Primero, porque hay peleas y hay gritos, y además, es que creo que son ellos mismos los que también deben poner de su parte. Deben intentar ser una parte de la solución, no que sólo venga de fuera. Primero tienen que ver que realmente sí que tienen un problema y que esto los hace dejar de hacer cosas.
Viviendo en una sociedad tecnológica en la que sales a la calle y ves a gente con móviles, esto supongo que no ayuda ¿verdad?
Claro, también encontramos padres que te dicen que el niño sólo quiere el móvil a todas horas, pero después preguntas algo y resulta que ellos también están con el móvil. Por lo tanto, tú como padre debes cumplir con el ejemplo. Si tú tienes el móvil todo el día y el niño te cuenta cosas y tú sigues con el móvil, ellos harán exactamente lo mismo. Les estás dando una imagen que no corresponde. Tú les dices verbalmente que no puede ser esto de estar pegado al móvil y tú haces lo mismo.
Leire Ortigosa entrevistando a la psicóloga juvenil Magda Ripoll Gironella/ Elaboración propia
Entonces, ¿Qué le dice al psicólogo a los padres que han de hacer? Porque es lo que tú comentabas: con un niño pequeño los padres pueden actuar, pero en el caso de un adolescente ¿qué se debe hacer?
El reforzamiento. Reforzarle cuando vean que haga algún intento de utilizar menos el móvil. Porque muchas veces los padres quieren un cambio radical y que su hijo pase de utilizar estos aparatos 6 horas a utilizarlos 0. Quizás tenemos que reducir. Tal vez podemos esperar al fin de semana y darles este espacio para que lo puedan utilizar más que durante la semana, luego ir reduciendo... y los pocos cambios o muchos, es importante que los potencien y que les ayuden, pero que no se enfrenten directamente, a no ser que haya un caso extremo. Como por ejemplo, hace un tiempo me vino una madre a decirme que el niño ya no salía de la habitación. En estos casos sí que se puede hacer terapia de shock. En este caso no vale hacer progresión y luego trabajarlo, porque si sólo le escondes los aparatos, quizás irá a casa del amigo a utilizarlos.
¿Y hay algunos pasos establecidos para superar esta adicción?
No, no tenemos un manual que diga primero el 10% y luego el 20%. Depende de lo que vayas viendo, lo que se haya intentado. Cuando vienen aquí, hay muchos padres que ya han intentado muchas cosas y se debe valorar qué ha funcionado y qué no, porque quizás, de lo que han hecho, sí que ha habido algo que haya dado resultado, entonces se podría enfocar por aquí. Aunque también depende de diferentes cosas, por ejemplo, de cómo era el niño antes: si es introvertido o extrovertido... en definitiva, influyen muchas cosas pero una pauta rígida no está.
¿El papel que juegan los padres antes de que se comience a la adicción también es importante?
Importantísimo.
Pero entonces, ¿se puede tratar la adicción de un adolescente sin hablar con los padres o con su entorno?
Creo que es imprescindible hablar con los padres e incluirlos dentro de la terapia. Yo no suelo hacer terapia de familia, hago primero unos y luego otros, para comentar los avances. Pero yo creo que sí que es muy importante hablar con ellos. A veces, hasta con jóvenes de 18 o 19 años intento que vengan los padres primero y que me expliquen su visión sobre lo que ocurre.
¿Lo haces porque la visión que te exponen padres por un lado suele ser muy diferente a la visión del adolescente?
Claro. Muchas veces el adolescente te dice que cuando los padres le dicen que cerrar para ir a cenar él cierra el aparato enseguida, pero luego hablas con los padres y realmente ves que no es así, que los acaba apagando, pero después de haberle insistido muchas veces. Por lo tanto, la percepción del adolescente está totalmente alterada.
La adicción de los jóvenes a las redes sociales suele ir ligada a alguna otra cosa. Generalmente baja autoestima, inseguridad
¿Hay algún medicamento que sirva para tratar estas adicciones o es todo ayuda del entorno o del psicólogo?
No, medicaciones para tratar directamente adiciones no hay. Lo que pasa es que si en estos chicos la adicción les genera mucha ansiedad, siempre se le puede dar algo farmacológico o algún ansiolítico en determinados momentos. Pero alguna medicina que digas "mira esto es por la adicción" no hay.
Pero claro, para tratar al adolescente también tenemos que ver por qué se ha enganchado a las redes, qué hay detrás de la adicción. Él era feliz, no era feliz, tenía lo que quería... No es sólo gestionar la adicción, sino hacer un análisis de la personalidad. Muchas veces hay que ver qué quieren tapar haciendo un uso tanto excesivo de las redes sociales. Por lo tanto, hay que trabajar todo el tema de autoestima para que el adolescente pueda volver a enfrentarse con la vida real. Hay que hacer un poco de historia de la persona, una anamnesis que llamamos nosotros.
¿Hay algún perfil de adolescente que tenga más tendencia a caer en adicción a las redes sociales?
Los más introvertidos. Estos tienen números de todo, ya que son personas que se lo callan todo. Esto no quiere decir que tengan menos amigos, sino que les cuesta muchos hablar de sus sentimientos y expresarse. En general tienen problemas de adicciones, de autoestima de relación y de todo.
Entonces, ¿la adicción a las redes sociales suele ir acompañada de algún otro problema?
Sí, suele ir ligada a alguna otra cosa. Generalmente baja autoestima, inseguridad. No un trastorno de personalidad. A ver, también hay que decir que durante la adolescencia se sufren muchos altibajos y ya no se tiene demasiada autoestima.
Además, las redes generan una sensación de inmediatez que hace que los adolescentes les cueste mucho esperar para encontrar algo. Lo tenemos todo tan al alcance, que hace que quieran saber lo que pasa de inmediato. Las muestras de sus seguidores, "los me gusta del Instagram por ejemplo", son inmediatas y eso es lo que ellos valoran. Esta amistad de redes que no es la verdadera amistad.
¿Puede que también el vocabulario de las redes sociales haya afectado? Por ejemplo "me gusta", o tener 1.000 amigos en Facebook?
Si, claro. Sobre todo esto de la inmediatez y también el hecho de gustar, ya que los adolescentes quieren agradar. Si te ponen 120 likes y en la próxima te ponen 80, ya tienen un disgusto y un replanteamiento de si ya no gustan. Y eso no es real, pero para el adolescente que está enganchado a las redes, todo esto sí que es real.
Para Magda Ripoll Gironella, un uso constante de las redes sociales no tiene por qué significar una adicción a ellas. A pesar de ello, en cuanto se sacrifican las actividades del día a día para estar conectados, es importante considerar el hecho de dejar un poco de lado la conectividad para recuperar la vida social real. El papel de los padres y el entorno del adolescente puede ser determinante para que éste caiga o no en la adicción, pero siempre habrá que tener presente cuál es el carácter del joven. Los chicos introvertidos son los que tienen más posibilidades de acabar dependiendo de las redes sociales.
Meritxell Lloret después de entrevistar a la psicóloga Magda Ripoll Gironella/ Elaboración propia
Para saber más:
Adicción a las nuevas tecnologías y a las redes sociales en jóvenes: un nuevo reto: http://www.redalyc.org/html/2891/289122889001/
Los peligros de las redes sociales para los jóvenes: http://www.hacerfamilia.com/familia/peligros-redes-sociales-todos-hijos-adolescentes-familia-20171113142751.html
Psicología de las Adicciones: https://www.unioviedo.es/gca/uploads/pdf/Psicologia%20de%20las%20Adicciones,%20vol.1,%202012.pdf
«Por mi adicción a las redes sociales lo perdí todo, hasta evitaba relacionarme»: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2017/02/19/adiccion-redes-sociales-perdi-evitaba-relacionarme/0003_201702G19P25991.htm